sábado, 30 de noviembre de 2013

DICIEMBRE 2013

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Diciembre 2013
Las principales fiestas de este mes se convierten en el centro de la vida de muchas personas. Algunos estamos tan ocupados que nos olvidamos de tomarnos  un tiempo para descansar y reflexionar. En esta época de celebraciones no sólo para agradecer la luz sino también para reflexionar sobre la oscuridad.
Pese a que la luz regresa con el solsticio de invierno, a veces cuesta de verla porque es un proceso lento. Si vives en un clima donde aún quedan varios meses de frío, honra este momento en que los días empiezan a ser más largos. Es una buena oportunidad para la con­templación y la meditación y realizar una investigación del alma.
En muchas culturas se enseña desde muy temprano que la luz es buena y la oscuridad mala. Sin embargo, acabamos descubriendo que la luz y la oscuridad simbolizan el equi­librio y ambas son necesarias. No son buenas o malas, son diferen­tes... y complementarias. En la oscuridad podemos encontrar asom­bro y belleza, como la de un cielo nocturno. Los peligros simbólicos surgen de nuestro propio inconsciente y nuestras instrucciones para estar alerta del peligro: no entres en una cueva oscura porque no verás y te puedes caer. Quizá no resulte agradable descubrir cosas que escondemos, pero al enfrentarnos a nuestros miedos podemos aprender muchas cosas.
Hay libro que describe el viaje del espíritu como una ascensión, y el viaje del alma como un descenso a las pro­fundidades de uno mismo:

«El alma nos abraza y nos lleva hacia lo más singular de nuestro interior. El espíritu abarca y nos lleva hacia lo más universal y compartido».

La noche del 31 de diciembre es un momento perfecto para los nuevos comienzos: prepárate con una vela y un mechero. Siéntate en el suelo o en una silla. Busca un lugar que, cuando apagues las luces, se quede totalmente a oscu­ras y, cuando estés preparad@, apágalas. Siéntate en la oscuridad y visualiza el descenso hacia tu interior. No da miedo, sencillamente es un terreno inexplorado. Si quieres, puedes visualizar cómo bajas un tramo de escaleras que te lleva hasta las profundidades de tus reinos interiores. No tengas miedo; ten la certeza de que no te perderás y de que puedes encender la vela siempre que quieras. Busca en tu interior. Sé honest@. Es un lugar secreto que nadie más tiene que conocer. Investiga, examina recuerdos. Si hay algo que te asusta, enciende la vela. De lo contrario, enciéndela cuando hayas terminado. Imagina que la vela es el camino de vuelta, que ilumina lo que has aprendido y aporta equilibrio al añadir luz a la oscuridad. Esta luz ilumina la oscuridad del mismo modo que nuestro espíritu ilumina el alma.
Puedes regresar y explorar tu interior de nuevo cuando quieras, y deberías hacerlo. Convierte esto  en una visita habitual, como si fueras una explorador@. Dibuja o escribe sobre el paisaje de tu alma. Busca bien y encuentra las raíces de por qué tienes tus opiniones y cómo llegaste hasta el camino en el que estás. ¿Qué necesitas? ¿Qué quie­res? Hazte las preguntas difíciles. El hecho de preguntar no significa que tengas que introducir un cambio en tu vida de forma inme­diata; este proceso implica estudiar durante toda la vida. Y siempre estamos cambiando, reinventándonos. Descubre quién eres y observa cómo sigues cambiando y creciendo.
El espíritu nos conecta y el alma nos aísla. La investigación del alma explora nuestros misterios. Al celebrar el yin y el yang, la oscuridad y la luz, el espíritu y el alma, lo universal y lo personal debemos encontrar el equilibrio.
En este mes de celebración de la luz, únete a los demás, pero no te olvides de celebrar también la oscuridad, los preciosos y a menudo ocultos misterios de tu alma. El proceso enriquecerá tu vida personal y tus relaciones. Para alcanzar nuestro mayor poten­cial, debemos crecer tanto hacia la luz que nos une como hacia el misterio que nos hace únicos.

Feliz festividad y como dice mi amigo Ogui Shuan:

Que todo lo pedido te sea concedido,
Que todo lo deseado te sea otorgado.

el.alquimista.de.la.noche@gmail.com

2 comentarios:

  1. . COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA

    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente

    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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    1. Creo que no lo has entendido bien. Las señalizaciones de las que hablas son normas sociales para una buena convivencia que tenemos que seguir y no por eso desarrollamos mas la inteligencia espiritual en la conducción. Intenta cambiar la situación, y no pogas el ejemplo de la conducción. un acto que si cambia la conciencia seria ceder el puesto en la cola del super mercado a la persona que tenemos detrás si su compra es pequeña. Recuerda que los actos de conciencia son gestos de respeto a los demás sin obligación y sin normas, son actos desde el corazón.
      un gran saludos

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